Forjando comunidad
Este año, 241 personas se unieron a nuestra formación, y tantos más a ser parte de la comunidad. En el camino muchos aprendieron sobre el arte y la ciencia de la terapia asistida con psicodélicos (TAP) y la infinidad de temas trascendentes que se abren al indagar en este mundo. Más allá del aprendizaje teórico, lo que realmente marcó este ciclo fue el tejido vivo, el entramado humano, palpable, de vínculos significativos que se inauguraron en el intercambio.
La magnitud de los desafíos
Vivimos tiempos que exigen no solo respuestas de calidad, sino preguntas más profundas. La tecnología y los crecientes desafíos avanzan mucho más rápido de lo que podemos integrar. Los gobiernos intentan regular realidades que apenas comprenden; y la información, aunque abundante, a menudo se siente vacía de sabiduría y experiencia. En medio de estas revoluciones que se solapan —del conocimiento, de conciencia y tecnológicas— los psicodélicos se vuelven a erguir por su valor intrínseco en la experiencia humana, como una herramienta fundamental para navegar las intrincadas dimensiones de nuestra existencia y para ayudarnos a construir sentido en la experiencia de vida, o el camino, aludiendo al Tao Te Ching.
El acto de sentarse en círculo, de abrirse a la vulnerabilidad, de compartir un espacio seguro para la transformación interna es, en sí mismo, revolucionario y una vuelta necesaria a lo esencialmente humano. Nos enseñó que, aunque el viaje hacia el autoconocimiento sea profundamente personal, nunca lo hacemos solos. Siendo espejos unos de otros; nuestras diferencias no son obstáculos, sino piezas únicas del rompecabezas colectivo que necesitamos ensamblar para vivir, para visionar lejos de cualquier utopía, un futuro real y necesario, saneado de los males de la ilusión de desconección (del tiempo de la naturaleza, su sabiduría y su maravilla, que es nuestra porque somos fruto de ella).
Catalizando cambios sociales positivos.
La TAP (Terapia Asistida por Psicodélicos) no es solo una técnica; es un catalizador de cambios positivos profundos a nivel psicodinámico. Cuando las utilizamos del modo más beneficioso posible tienen el potencial de revelarnos nuestras propias limitaciones y, al mismo tiempo, expandir nuestra capacidad para ser más sofisticados y amables, con nosotros mismos y con quienes nos rodean, elaborar e integrar la propia mente/alma. Sin embargo este despertar no ocurre en el vacío. Requiere de comunidad, de manos extendidas, de mentes sensibles que nos ayuden a integrar lo que descubrimos en esas vastas dimensiones de conciencia y experiencia transpersonal.
Este año en PsicodeAr reafirmamos algo fundamental: lo humano no puede ser sustituido ni simplificado. La complejidad de nuestras experiencias es la riqueza que nos define, y la conexión con otros es lo que nos sostiene y retroalimenta frente a los desafíos de un mundo que, a menudo, se siente desbordantemente plagado de ruido existencial.
El futuro es psicodélico, entactógeno y compasivo.
Llevemos con nosotros el aprendizaje compartido y los lazos que forjamos. La revolución psicodélica no se trata solo de sustancias, sino de transformarnos para ser capaces de construir juntos un mundo más consciente, más en sintonía con quienes realmente somos o deseamos ser, en vínculos entramados como un micelio, para potenciar nuestro desarrollo en conjunto.
Gracias por confiar en nosotros, por ser parte de este viaje potente y develador! Ojalá el próximo año traiga más preguntas que respuestas, más humanidad y compasión que perfección, y más comunidad que nunca!
Las inscripciones para la 3ra cohorte de nuestra Formación en Terapia Asistida con Psicodélicos ya están abiertas.
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